UN CAIMÁN
Un caimán de plumas amarillas me sedujo
articulaba el cuerpo
en miles de semillas
su cola iba y venía en mi pecho
no dejaba de verme.
¡Véndame ese caimán señor!
con ese espíritu entre mis teteas
seguro llegare a la frontera.
Y llegue invicta
con Racmaninof en la guantera
saturada de verdes y rojos
de posibles caolines
y tierras modelables.
¡Véalos usted como pueda!.
Sienta a mi caimán ya mucho más abajo
duerme con mis pasos en su boca.
.
1 comentario:
El caimán es precioso.
Seguro que tu también.
Buena pareja.
Besos.
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