sábado, 4 de julio de 2009



UN CAIMÁN






Un caimán de plumas amarillas me sedujo

articulaba el cuerpo

en miles de semillas

su cola iba y venía en mi pecho

no dejaba de verme.


¡Véndame ese caimán señor!

con ese espíritu entre mis teteas

seguro llegare a la frontera.


Y llegue invicta

con Racmaninof en la guantera

saturada de verdes y rojos

de posibles caolines

y tierras modelables.

¡Véalos usted como pueda!.

Sienta a mi caimán ya mucho más abajo

duerme con mis pasos en su boca.

.

1 comentario:

TORO SALVAJE dijo...

El caimán es precioso.
Seguro que tu también.
Buena pareja.

Besos.